
La iniciativa de Reforma Laboral presentada por el Gobierno en el Congreso introduce cambios en la forma de pago de los salarios que amplían el abanico de opciones para los trabajadores. El eje central es la habilitación de las billeteras virtuales no bancarias como canales válidos para el cobro de haberes, una modificación que impacta tanto en el mercado de cuentas sueldo como en los pagos a trabajadores vinculados a plataformas digitales.
Hasta ahora, los empleados en relación de dependencia podían elegir la entidad donde cobrar su salario siempre que se tratara de una institución financiera regulada. Con la nueva redacción, el proyecto permite optar también por billeteras virtuales inscriptas ante el Banco Central como Proveedores de Servicios de Pago (PSP), un universo que reúne alrededor de 200 firmas.
El cambio no solo alcanza a las fintech tradicionalmente asociadas a medios de pago digitales. Otras compañías, ajenas al negocio financiero clásico, podrían competir por este segmento. Entre los casos destacados aparece YPF, cuya aplicación cuenta con 4,5 millones de usuarios registrados, de los cuales cerca de 3 millones la utilizan de manera habitual. En los últimos meses, la empresa incorporó funciones como el pago de servicios y recargas desde su billetera.

La posibilidad de acreditar salarios en estos instrumentos reabre la competencia por más de 10 millones de cuentas sueldo existentes en el país. A ese escenario se suma otro punto incluido en la reforma: el mecanismo de pago para los trabajadores de plataformas, un colectivo que supera las 500.000 personas e incluye repartidores y conductores que operan a través de aplicaciones.
En el apartado referido a estos “prestadores independientes”, el proyecto establece que deberán “tener cuenta bancaria o billetera electrónica cuya Clave Bancaria Uniforme (CBU) o Clave Virtual Uniforme (CVU) sea debidamente informada a la plataforma tecnológica, a fin de recibir las transferencias que correspondan por sus servicios”. De esta manera, se coloca en un mismo plano a bancos y billeteras para la administración de esos ingresos.
La equiparación no es nueva en el debate público. Desde diciembre de 2023, cuando se conoció el primer DNU del presidente Javier Milei que avanzaba en esta línea, el sector bancario manifestó reparos. En una nota técnica reciente, las entidades agrupadas en ADEBA señalaron los “riesgos” que, a su criterio, implicaría profundizar este esquema para los usuarios y para el sistema financiero. Entre los argumentos, mencionaron diferencias en los niveles de regulación y supervisión, y la falta de garantías sobre los fondos depositados en billeteras.
Cifras y contrapunto
Los bancos también destacaron que las cuentas sueldo y las asociadas al cobro de jubilaciones son gratuitas, un aspecto relevante en un contexto en el que muchas billeteras virtuales también ofrecen servicios sin costo para el usuario.
En la práctica, una parte de los trabajadores ya combina ambos circuitos: cobran el salario en una cuenta bancaria y luego transfieren fondos a billeteras para acceder a rendimientos ofrecidos por fondos comunes de inversión o cuentas remuneradas. Esta dinámica se refleja en el volumen de transferencias inmediatas. De acuerdo con datos del Banco Central, en octubre —último registro disponible— estas operaciones alcanzaron los $78,8 billones, con subas interanuales de 24,7% en cantidad y 34,8% en montos reales. El 75,2% de las transacciones tuvo como origen y/o destino una billetera virtual.
Desde el sector fintech, la Cámara Argentina de Fintech difundió un documento en el que afirma que las billeteras se encuentran reguladas por el Banco Central y que la totalidad del dinero de los usuarios está depositada en cuentas bancarias a la vista y separadas del patrimonio de las empresas. “Las billeteras cumplen normas estrictas de seguridad, prevención de fraude, lavado de dinero y reportes obligatorios. Nunca hubo un caso en el que un PSP regulado no devolviera fondos a sus usuarios”, señala el texto. Además, sostiene que “lo que está en discusión son los privilegios que la banca tradicional quiere mantener y la libertad de elección de millones de personas en la Argentina”.